La marcha nórdica, también conocida como Nordic Walking en inglés, tiene sus raíces en Finlandia. Se desarrolló en la década de 1930 como un método de entrenamiento para los esquiadores de fondo durante el verano. Los esquiadores utilizaban bastones para simular el movimiento de esquí y mantener su nivel de condición física durante la temporada sin nieve.
Sin embargo, la marcha nórdica moderna, tal como la conocemos hoy en día, comenzó a ganar popularidad en la década de 1990 en Finlandia. Fue desarrollada y promovida por los deportistas finlandeses de resistencia y atletismo, que buscaban una forma efectiva de entrenamiento cruzado para mejorar su resistencia y fuerza muscular.
La técnica de la marcha nórdica se refinó gradualmente, incorporando movimientos precisos y eficientes para maximizar los beneficios del ejercicio. Desde Finlandia, la práctica se extendió rápidamente a otros países europeos y eventualmente a todo el mundo, convirtiéndose en una forma popular de ejercicio al aire libre para personas de todas las edades y niveles de condición física.
Hoy en día, la marcha nórdica se practica en todo el mundo y ha demostrado ser una forma efectiva y accesible de mejorar la salud cardiovascular, fortalecer los músculos y reducir el estrés, entre otros beneficios.
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